Los pilares básicos de una buena salud infantil
Los cuatro pilares que debemos reconocer y potenciar son:
1- Una buena alimentación.
2- Un buen descanso nocturno.
3- Una buena salud emocional.
4- Una buena condición física, pasando tiempo al aire libre + actividad física regular.
1- Una buena alimentación.
La nutrición adecuada es uno de los factores que más influyen en el crecimiento y desarrollo durante las primeras etapas de la vida.
¿Cuáles son las principales recomendaciones?
- Basar la alimentación de casa en alimentos saludables y no en productos. Verduras, hortalizas y frutas, proteínas y grasas saludables (pescado y marisco salvaje), huevos, carne, aceite de oliva virgen extra, frutos secos, legumbres… ¡De temporada, proximidad y ecológicos mejor!
- Hacer menús similares para toda la familia, con los mismos alimentos, tanto en casa como en los restaurantes.
- Comer cuando se tenga hambre y respetar la sensación de saciedad.
- Disfrutar de las comidas y compartir momentos y experiencias con la familia y amigos, evitando el uso de pantallas u otras distracciones.
- Agua, agua y…agua como bebida/refresco!
2- Un buen descanso nocturno.
Tener una buena higiene del sueño nos ayuda a descansar correctamente. Es tan importante que los pequeños de casa duerman las horas necesarias como el descanso sea de calidad.
Tipes para un buen descanso nocturno:
- Actividad diaria: durante el día, hacer vida en el exterior, en contacto con la luz del sol y realizar actividades variadas (incluyendo ejercicio físico).
- Dormitorio: crear un ambiente óptimo para el descanso. Una habitación acogedora, ordenada y con pocos juguetes, sin ruido ni luz artificial, temperatura entre 17 y 19 grados, pijama y ropa de cama suaves, idealmente de tejidos naturales.
- Luz: mínima exposición a luz artificial durante las últimas horas del día. Adaptar el nivel lumínico de las estancias, a medida que va oscureciendo en el exterior.
- Pantallas: supervisar el uso de pantallas y limitar su uso durante el día, evitarlas cuando oscurezca y se acerque la hora de cena e ir a dormir.
- Alimentación: cena pronto, en familia, sin pantallas y evitando alimentos procesados y poco digestivos.
Debemos tener presente que el descanso nocturno es diferente en cada etapa del desarrollo y en cada niño/a. Con un trato cálido, respetuoso y acompañando siempre las necesidades de nuestros bebés y niños, ¡las noches se harán más agradables!
3- Una buena salud emocional.
La familia es la primera escuela de aprendizaje emocional de nuestros hijos. En casa es donde todos aprendemos a vivir. Los adultos acompañamos a los niños en su proceso de crecimiento, y tenemos la gran oportunidad de construir unos pilares saludables que los sostengan cuando sean mayores.
Como madres y padres, debemos conocerlos, saber cómo son realmente y no perseguir cómo nos gustaría que fueran. Es fundamental dar muestras de cariño, observarlos, escucharlos y enseñarles a ser conscientes de todas sus emociones, validándolas.
Con entornos donde los pequeños se sientan cómodos, aumentaremos su confianza y haremos de la familia el sistema más importante de nuestros hijos.
4- Una buena condición física, pasando tiempo al aire libre + actividad física regular.
El juego y la actividad física al aire libre son muy importantes para el desarrollo intelectual, motor, emocional y social de los niños. Equilibra y une las diferentes esferas del aprendizaje, integrando estas habilidades en su conducta, mejora el bienestar físico y emocional, favoreciendo el buen descanso nocturno.
La naturaleza, además, potencia la imaginación y la creatividad de los niños y niñas, fomentando su autonomía, iniciativa e independencia.
El tiempo juntos en entornos abiertos y naturales es un tiempo de calidad y de atención plena, que toda la familia valora, disfruta y reconoce.
Queriéndoles, dándoles ejemplo y respetando su identidad propia, promoveremos un crecimiento maduro y saludable.
Verna Clinic Pediatric Service.